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Actividad Física

Con los cambios hormonales en la premenopausia a veces pareciera que no tuvieses energía para hacer ejercicio, pero este es el momento en el que tienes que tomar una decisión consciente de moverte. El sedentarismo en esta etapa conlleva a una serie de problemas de salud a largo plazo que pueden terminar en infartos, osteoporosis, diabetes tipo B, pérdida de masa muscular, y contribuye también con la ansiedad y depresión.

 

Si has tenido poca actividad física en los últimos años, te recomiendo que consultes con tu doctora primero para que te haga una evaluación física completa, y de ser posible una densitometría ósea. Este examen determina si tus huesos están sanos o si están perdiendo densidad (osteopenia). Partiendo de los resultados, puedes comenzar con una cantidad de actividad que sea manejable e ir incrementando gradualmente la intensidad y dificultad. Si has tenido estilo de vida activo, puedes mantener el mismo nivel de actividad, teniendo en cuenta de que tu cuerpo está cambiando y que quizás necesites días de descanso intercalados, calentar lo suficiente antes de ejercitarte, y estirarte luego de terminar para prevenir lesiones. 

 

No hay un programa de ejercicio que le sirva a todo el mundo, ya sea por condiciones pre-existentes o disponibilidad de tiempo. Idealmente, el tipo de ejercicio que decidas hacer debería combinar una parte aeróbica, y algún tipo de ejercicio de resistencia (anaeróbico). La parte aeróbica va a estimular tu sistema cardio-respiratorio, la de resistencia ayuda a crear masa muscular y a fortalecer los huesos.

 

Cuando me refiero a ejercicios anaeróbicos no necesariamente me refiero al levantamiento de pesas, o al crossfit. La calistenia (trabajo con el peso de nuestro propio cuerpo), la yoga, el pilates, ejercicios con bandas elásticas, o máquinas como el lagree y gravity que hacen el mismo efecto. Por otro lado, los ejercicios aeróbicos tienen un sinfín de modalidades, algunos se pueden practicar al aire libre y otros en estudios y gimnasios.

 

Si no te atraen las actividades que entran en el rango de los deportivo y atlético, caminar, bailar y hasta limpiar la casa son considerados ejercicios. En cuanto a cómo empezar, sé consciente de lo que tu cuerpo puede hacer y gradualmente puedes ir haciendo incrementos en su duración e intensidad. Al principio puede que te duela un poco el cuerpo o que sientas un cansancio generalizado. El cuerpo se adapta paulatinamente al ejercicio, es bueno que no te exijas más de lo que puedes y tomes descansos cuando lo necesites para no agotarte excesivamente ni lesionarte. 

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