Entre todos los síntomas que están relacionados con la menopausia, los calores (bochornos) y sudores nocturnos son los más prevalentes. Sin embargo, eso no significa que cada persona los experimenta con la misma severidad y frecuencia. También pueden aparecer y disiparse por semanas o meses.

 

En palabras sencillas, los calores y sudores nocturnos son la consecuencia de la disminución de los estrógenos, ya que una de sus funciones es regular la temperatura de nuestro cuerpo. A continuación te voy a colocar unas recomendaciones para aliviarlos, puedes hacerlas individualmente y también puedes combinarlas. No voy a incluir los suplementos naturales ni los hormonales porque son un tema extenso que prefiero tocar aparte.

 

• Trata de mantener la temperatura de tu casa y trabajo a un nivel fresco.

• Evita comidas muy picantes porque incrementan la sensación de calor en el cuerpo. 

• No tomes sopas muy calientes porque también elevan la temperatura del cuerpo.

• Limita las bebidas con cafeína porque también incrementan la sensación de calor.

• Consume salvia como condimento o infusión.

• Si no te gusta la salvia o te cansas de su sabor, también puedes usar el aceite esencial diluido en algún aceites portador o crema (la proporción segura es de un 2% del aceite esencial y un 88% de la crema o loción).

• Puedes usar otros aceites esenciales pre-diluidos en presentación de “roll-on” refrescantes como la menta, el eucalipto, el romero y cualquier otro que tenga efecto alcanforado.

• Utiliza sandalias o zapatos de materiales tipo malla/tela.

• Duerme sin medias, y de ser posible mantén la parte inferior de las sábanas/cobijas libre, para que puedas sacar los pies durante la noche.

• Vístete con fibras naturales y de tejido delgado como el algodón y el lino, o por lo menos evita las que son muy sintéticas, a menos que sea para trajes de baño.

• Intenta dormir desnuda o con pijamas cortas así tengas un poco de frío al acostarte. Puedes utilizar una cobija ya que es más fácil de quitártela sin despertarte mucho.

• Mantén una botella de agua al lado de la cama.

• Báñate con agua fresca, o fría.