Los folículos, donde se alojan los óvulos, se desarrollan rápidamente en la etapa fetal, alcanzando inicialmente la cifra de varios millones. Cuando iniciamos la pubertad quedan unos 400.000, y sólo se llegan a madurar unos 400. La hormona de folículo estimulante o FSH, y la hormona luteinizante o LH, producidas ambas en la hipófisis son las que determinan el ciclo menstrual. Interesantemente, los primeros folículos que maduran son los de mayor calidad, por eso es que la fertilidad decrece con los años. 

 

Cuando nos estamos acercando a la premenopausia la producción de estradiol (un tipo de estrógeno) se vuelve irregular porque los óvulos existentes son de menos calidad. Estos no responden al FSH eficientemente, y hacen que la hipófisis comience a elevar la producción de esta hormona estimulante. Aunque algunos folículos se llegan a estimular, la producción hormonal es errática. Por ello no es raro que en lugar de producirse la curva típica y estable del estradiol a lo largo del ciclo menstrual, coexistan intensos picos y profundos valles de ésta hormona. 

 

La disminución del estradiol hace también que los folículos defectuosos no consigan madurar de manera adecuada, y por lo tanto no se produce la ovulación. Esto tiene como consecuencia que no se produzca la progesterona. Interesantemente, la testosterona se mantiene más o menos estable, y usualmente no se ve afectada dramáticamente por lo descrito anteriormente.

 

La aparición de reglas irregulares tanto en duración, como en cantidad y periodicidad son otra consecuencia de la disminución de los estrógenos y la progesterona. Este es el motivo por el que durante la premenopausia tengamos con frecuencia sangrados inesperados, de abundancia variable, y largos periodos de amenorrea o falta de regla.

 

Aparte de la afectación de los procesos relacionados con la fertilidad y los períodos, también hay cambios extremos en las sensaciones y fisiología de nuestro cuerpo. Las hormonas sexuales no sólo son responsables de los órganos relacionados con la reproducción sino del  funcionamiento de todo nuestro organismo.