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Terapias de reemplazo hormonal (TRH)

Primero que nada quiero aclarar que las terapias de reemplazo hormonal no previenen la menopausia ni prometen mantenernos jóvenes, estas se utilizan para ayudar a aliviar ciertos síntomas y para prevenir condiciones en la post menopausia. Estas terapias han traído mucha controversia desde el 2002 porque el primer reporte de un estudio específicamente que comenzó en 1998 por el “Women’s Health Initiative - WHI”, indicó que las terapias de reemplazo hormonal producían cáncer de mama y de útero.

 

Lo que se ha descubierto desde entonces, por medio de la revisión de los métodos y criterios que se utilizaron para llegar a las conclusiones de este estudio, es que los científicos a cargo de diseñarlos no incluyeron información relevante, y la manera de clasificar la data que tenían hasta entonces no tomó en consideración ciertos factores importantes. Algunos de estos factores era la edad de las participantes, condiciones preexistentes, presencia de tumores latentes, y factores relacionados a sus estilo de vida como por ejemplo el consumo de cigarrillos, alcohol en exceso, o si habían estado expuestas a toxinas por un período de tiempo prolongado.

 

Desde ese entonces se han hecho más investigaciones con datos más precisos de las personas involucradas que han tenido resultados más positivos. De hecho la “North American Menopause Society (NAMS)” hizo una declaración en el 2022 acerca de las terapias de reemplazo hormonal. Ellos recomiendan su uso para aliviar los síntomas de la menopausia y para prevenir la osteoporosis en mujeres menores de 60 años. Por supuesto que esto no incluye a personas con ciertas condiciones como por ejemplo, que hayan tenido cánceres que son estimulados por es estrógeno o progesterona, ya hayan tenido algún incidente cardiovascular grave, o estén tomando ciertos tratamientos que no se benefician de la interacción con éstas hormonas. 

 

NOTA: Para ver más información acerca del estudio del “Women’s Health Initiative - WHI”, estudios posteriores y la postura actual del “North American Menopause Society (NAMS)”, pueden hacer click acá.

 

Las hormonas que se prescriben para la terapia de reemplazo hormonal regularmente son los estrógenos y la progesterona. Estas pueden ser sintéticas - con una estructura molecular diferente a las hormonas en cuestión, o bioidénticas - que tienen la misma estructura molecular de las hormonas humanas. La testosterona y la DHEA usualmente no son parte de estos tratamientos, pero pueden ser indicadas por una endocrinóloga en casos muy específicos.

 

Las terapias de reemplazo hormonal pueden ser sistémicas, o sea que involucran todo el cuerpo, como las pastillas, parches, geles, cremas y aerosoles.  También pueden ser tópicas,  o sea, que sólo afectan el área donde son aplicadas, como por ejemplo las cremas y supositorios vaginales.

 

La dosis y frecuencia de los tratamientos hormonales son determinados por una profesional especializada en hormonas femeninas, basadas en los síntomas que están presentes y una evaluación completa del estado de salud actual, incluyendo un panel hormonal. Los efectos varían dependiendo de muchos factores, por lo que hay que hacerles un seguimiento cada dos o tres meses, para determinar que la dosis y el método de administración son los más adecuados.

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